Una forma bastante común para obtener ingresos cuando se es creador de contenidos es vender merchandising con tu marca, identidad o imagen. Sudaderas, tazas, tote bags, afiches, entre otros, son los artículos más recurrentes que se suelen vender con ese objetivo.
Y, de hecho, puede ser una buena idea. Las ganancias que obtienes son directas, potencias tu base de seguidores y conectas con sus gustos y preferencias. Pero no olvides que, al realizar esta actividad comercial, estás convirtiendo a tus seguidores en consumidores. Y, como tales, tienen derechos que debes considerar de acuerdo con la ley.
Si esto se te olvida no solo podrías dañar tu imagen, sino que podrías llegar a cometer un delito de estafa o, sin ir tan lejos, infringir las normas que protegen a los consumidores. Por ejemplo, el creador de contenido norteamericano Tayler Holder fue acusado por sus seguidores de ofrecer diseños de merch que no le pertenecían a él, sino a otro influencer.
También pasó con la creadora Aggie Lal, que ofreció un curso de 12 semanas llamado “How to Grow Your Instagram” por el que cobró 500 dólares y no satisfizo las expectativas de sus consumidores. O el reciente caso de Chiara Ferragni y su pandoro navideño.
Salvo en el último caso, no hubo intervención de las autoridades. Sin embargo, en todo el mundo los gobiernos están aumentando el control sobre el trabajo de los creadores de contenido. Eso también incluye el cumplimiento de las normativas de protección del consumidor cuando se vende merchandising.
Un síntoma del interés que genera: un estudio reciente realizado por la Comisión Europea encontró que el 40% de los influencers vende sus propios productos en las redes sociales. Otro 44% tienen una web propia donde venden mercadería con su identidad. Observaron, además, que la mayoría no informa sobre el carácter publicitario de sus contenidos. Una omisión que es contraria a las normativas que protegen a los usuarios y consumidores y constituye publicidad ilícita punible.
Los derechos del consumidor de merchandising
En España rige la Ley de General de Defensa de los Consumidores y Usuarios, que engloba tanto los derechos de los consumidores como las obligaciones de los comercios, y las sanciones por infracciones. Otras normas que también contribuyen a establecer protecciones para los consumidores son la Ley Servicios de la Sociedad de la Información y la Ley General de Publicidad.
Entre todas ellas podemos destacar cuatro de los derechos básicos que debes considerar cuando vendes tu merch:
Protección de su seguridad y salud
Los consumidores tienen derecho a que los productos o servicios que adquieran no causen un perjuicio en su seguridad o salud. Para ello, deberás tomar medidas que empiezan desde el proceso de fabricación y selección de insumos, hasta su empaquetado y publicidad. Esto incluye que, de ser necesario, retires del mercado los productos que puedan ser nocivos tan pronto como conozcas el peligro que puede representar para las personas.
Sabemos que probablemente una sudadera con tu slogan no sea un producto peligroso, pero sí podría serlo, por ejemplo, si vendes suplementos alimenticios con tu marca, o cosméticos naturales.
Derecho a la información, formación y educación
Específicamente se refiere al etiquetado de tus productos, que puede señalar datos como, por ejemplo, sus características, composición, origen, fecha de elaboración, fecha de caducidad, lote, instrucciones de uso, etc.
La información exigida se rige en reglamentos según el tipo de producto corresponde presentar. Por ejemplo, si vas a vender un producto embellecedor, como una crema para el cabello, deberás cumplir con la normativa para productos cosméticos.
Esta normativa también prohíbe hacer alusión a propiedades o efectos que el producto no posea, ni destacarlo como algo único, cuando es común en el mercado. Independientemente de las normas sobre información a facilitar al consumidor, en la publicidad deberemos respetar similares reglas, según la normativa publicitaria.
Derecho a la protección de sus legítimos intereses económicos y sociales
Como cualquier ciudadano español, tu consumidor deberá tener protección sobre sus intereses conforme a lo establecido en las diversas leyes del Estado español. Esto supone muy variados derechos.
Por ejemplo:
- La información previa que entregas sobre el producto o servicio no será engañosa, y será correcta (con precios y presupuestos claros, por ejemplo).
- La publicidad que envíes sobre los productos o servicios deberá cumplir las normativas en la materia (que, por ejemplo, no explote la credulidad de menores).
- Las comunicaciones comerciales deberán respetar el derecho a la privacidad de los usuarios.
- Los contratos deberán evitar cláusulas opacas y abusivas.
- Deberás estipular mecanismos de devolución, reclamación, garantía, etc.
- El consumidor deberá recibir una copia de este contrato, una factura de compra y los documentos de la garantía.
- Tus servicios de atención al cliente y postventa deberán facilitar vías para presentar reclamos y facilidades para acceder al servicio técnico.
Pero va mucho más allá e incluye muchos otros derechos fundamentales como el derecho a no ser discriminado, por ejemplo.
Derecho a la indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos
Cuando vendas tu merchandising, deberás estar preparado para responder ante cualquier daño o perjuicio sufrido por el consumidor. Puede que en la mayoría de los casos de productos o servicios ofrecidos por influencers no causen ningún perjuicio. Pero, por ejemplo, si vendes un micrófono o unos auriculares y estos explotan, deberás asumir el coste de las reparaciones para quienes fueron afectados. O si ofreces un servicio de planes personalizados de ejercicio físico y tu cliente se lesiona por una inadecuada planificación.
Si se trata de productos defectuosos o que no sean conforme a lo ofrecido, el consumidor podrá pedir una reparación o sustitución del producto, una rebaja del precio o resolución del contrato. El plazo para hacerlo es de dos años.
Incluso si no eres el fabricante de los productos, como importador puedes tener estas obligaciones.
Qué posibles sanciones podría haber
El no cumplir con respetar estos derechos y otras normativas relacionadas podría suponer sanciones para las que probablemente no estés preparado. En general, la Ley de Defensa del Consumidor y Usuario clasifica las infracciones en leves, graves y muy graves. Para hacerlo toma como referencia las afectaciones a la salud, el importe de compra, si ha habido intención o no, la reincidencia, entre otras cosas.
Atendiendo a esa clasificación las sanciones pueden ser:
- Infracciones leves: Hasta 3.005,06 euros.
- Infracciones graves: Entre 3.005,07 euros y 15.025,30 euros o hasta 5 veces el valor pagado por los productos o servicios.
- Infracciones muy graves: Entre 15.025,31 y 601.012,10 euros o hasta 5 veces lo que se haya pagado por los productos o servicios. También puede ordenarse el cierre del establecimiento comercial, en este caso, de tu e-commerce.
También es posible que se te decomise la mercadería que está relacionada con la infracción y en caso de persistir se te podrían abrir procedimientos judiciales en tu contra.
Y estas sanciones son independientes de la reclamación que te pueda plantear el consumidor perjudicado por los daños y perjuicios sufridos. En el ejemplo del gadget que dimos antes, que estaba defectuoso y explotó, además de las sanciones administrativas te enfrentarías a tener que indemnizar los daños físicos y de otro tipo sufridos.
Para evitarlo, te recomendamos que antes de empezar a vender merchandising tengas en cuenta tus responsabilidades con los consumidores. De ser necesario, busca la asesoría de un abogado para ayudarte a configurar los términos y condiciones de tu e-commerce o tienda virtual, para revisar tu publicidad o para evaluar los contratos con tus proveedores del merchandising que venderás. En Talos Abogados podemos hacernos cargo de esta tarea. Contáctanos.
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